La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
No lo puedo creer ...
que esta vez estés enserio
y te marches de mi lado
porque no te se querer,
no seas tan cruel ...
que no ves que si te marchas
contigo se va mi vida
y te llevas mi felicidad,
te pido perdón ...
tontamente he sido un ciego
no he sabido lo que tengo
hasta hoy me hiciste ver,
que tu eres mi todo, que te quiero tanto,
que deberás te amo.
Si te quedaras ...
estaría dispuesto a cambiar mi vida como tu quisieras
te leería mil versos ...
te daría las rosas y el anillo aquel que tanto me pedias
si te quedaras ...
ya no habría mas noches en las que durmieras otra vez sin mi
por dios no te vayas ...
ahora si te juro, si tú te quedas te hare feliz.