La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Hoy hacemos pacto tú y yo
Comprometemos nuestras vidas ante dios
Prometemos amarnos en gozo y dolor
Unidos por siempre en amor
Hoy mi corazón está feliz
Un sueño que se hace realidad
Y frente a estos testigos
Te voy a aceptar
Y por siempre te voy a amar
Hoy te llamaré esposa
Princesa mía, amada mía, eres mi esposa
Preciosa me entrego a ti
Y hoy te llamaré mi esposa
En el jardín eres la rosa más hermosa
Preciosa, me entrego a ti
Mi dulce esposa
Hoy mi corazón está feliz
Un sueño que se hace realidad
Y frente a estos testigos
Te voy a aceptar
Y por siempre te voy a amar
Y hoy te llamaré esposa
Princesa mía, amada mía, eres mi esposa
Preciosa y me entrego a ti
Y hoy te llamaré mi esposa
En el jardín eres la rosa más hermosa
Preciosa, me entrego a ti
Mi dulce esposa
En salud o en enfermedad
En bendición o en necesidad
Esto es un pacto que no se romperá
Y hoy te llamaré esposa
Princesa mía, amada mía, eres mi esposa
Preciosa y me entrego a ti
Y hoy te llamaré mi esposa
En el jardín eres la rosa más hermosa
Preciosa, me entrego a ti
Mi dulce esposa
Preciosa
Hermosa