La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Cada vez que me miro
contemplo mi pregunta.
Esperando está el trigo
la mano que lo afirme.
El viento huele a espera
y, hasta a veces, responde.
Cuando siento tu mano
siento todas: me siento.
Y hasta el aire que muerdo
- el aire que mastico -
tiene sabor a fruta
y es amigo.
Apenas me contengo
de preguntar si es hora a los soldados
Y abono sus fusiles
con miradas
Para que broten flores
en sus ánimas.
Desde hace apenas días
mi impaciencia es alegre.