La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Boca, mi vida
Es alegría
Sos lo más grande
De la Argentina
Lo corre al Racing
Y a las gallinas
Lo corre al cuervo
Y a la policía
¡Dale, Bo, dale, Bo!
¡Dale, Bo, dale, Bo!
¡Dale, Bo, dale, Bo!