La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Antes, iba confundido
Iba distraído
Iba sin saber
Siento, que a veces me pierdo
No siempre me entiendo
Pero vamos bien
Aún queda tanto por conocer
Aunque me duela, quiero crecer
Más vale que entiendas
Que me pongo bien
Cuando me acuerdo, cuando vos ves
Creo, que todo lo que busco
Lo llevo bien adentro
Es cuestión de ver
Siento, que a veces me pierdo
Casi siempre aprendo
Y algunas salen bien
Tendrás lo que nunca pudiste dar
El miedo y el ruido, se van a apagar
Tendrás que aprender a volver a empezar
Tendrás que animarte, hoy quiero saltar