La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Te conozco de algún lau, no sé si me conoces
De la calle del barrio tal vez
O tal vez de ningún lugar
De la esquina de sarmiento y san juan esperando el 132
Te conozco de algún lau, no sé si me conoces
Ayer te vi por la peatonal y creo que me miraste también
Y no sé por qué te miré, y no sé si me conoces
Te conozco de algún lau, no sé si me conoces
En el tablón suelo payasear
Y a veces también después de bajar
Quizás un día tus ojos crucé y sin saberlo no los olvidé
Te conozco de algún lau, te conozco de algún laau
Te conozco de algún lau, no sé si me conoces
De la escuela, la infancia tal vez
De un recuerdo que nunca tuve
O tal vez no seas vos, capaz que me equivoqué
Te conozco de algún lau, no sé si me conoces
Y ahora no puedo dejar de mirarte
Tampoco me animo a hablarte
Mientras, no entiendo a tus ojos
Que me hacen creer que me conoces
Te conozco de algún lau, no sé si me conoces
En la cola del banco tal vez
O tal vez del mismo bar
O bajo alguna de esas lluvias que vuelven por un segundo más amigos a la gente
Te conozco de algún lau, te conozco de algún laau