La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Los cielos cuentan tu gloria Señor
El firmamento anuncia tus obras
De día y noche es oída su voz
Proclamando tu grandeza
Y yo proclamaré
Tu grandeza y tu poder
Anunciaré con mi vida
Que Tú eres el Rey
Y como el cielo y las estrellas
Portador de tu gloria seré
Los cielos cuentan tu gloria Señor
El firmamento anuncia tus obras
De día y noche es oída su voz
Proclamando tu grandeza
Y yo proclamaré
Tu grandeza y tu poder
Anunciaré con mi vida
Que Tú eres el Rey
Y como el cielo y las estrellas
Portador de tu gloria seré
Y si tu poder
Y tu Deidad son visibles
En tu creación
Quiero que sean visibles
En mi vida Señor
Y yo proclamaré
Tu grandeza y tu poder
Anunciaré con mi vida
Que Tú eres el Rey
Y como el cielo y las estrellas
Portador de tu gloria seré
Yo quiero ser portador de tu gloria
Yo quiero ser portador de tu gloria
Yo quiero ser portador de tu gloria
Yo quiero ser portador de tu gloria