La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Quien midió las aguas
En el hueco de su mano
Quien midió los cielos
Con su palmo
Quien junto en sus dedos
Todo el polvo de la tierra
Quien le ha aconsejado
o enseñado
Tu eres mi Dios
Tu eres mi Rey
Eres mi todo OH Señor
Tu eres mi Dios
Tu eres mi Rey
Eres mi todo OH Señor
El esta sentado
Sobre el trono de la tierra
Siempre contemplando
Y observando
El que a cada estrella
Llama por su nombre
El que con sus dedos
Me ha formado
Tu eres mi Dios
Tu eres mi Rey
Eres mi todo OH Señor
Tu eres mi Dios
Tu eres mi Rey
Eres mi todo OH Señor