La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Deja que te explique lo que estoy viviendo, es la realidad,
Deja que la luz se mezcle con el viento, no te arrepentirás,
Es tan simple y real, tu mi amor lo veras
Su amor, el tibio amanecer del sol, poema que me enamoro,
El pétalo de aquella flor, la letra de esta mi canción
Su amor, me encontró, veo que se trata de Dios
Deja que la risa debilite el miedo, vuelve a cantar,
Desnuda el alma, no te estés mintiendo, se tú la verdad,
Es tan simple y real, tu mi amor lo veras,
Grande es como el mar, tú lo vas a notar
Su amor, el tibio amanecer del sol, poema que me enamoro,
El pétalo de aquella flor, la letra de esta mi canción
Su amor, me encontró, siento su lenguaje de amor,
La pasión, el perdón, encuentro que se trata de Dios
Oh si mañana no saliera el sol, no importa su amor me abrigo,
Si el cielo pierde su esplendor, tú sigues siendo el brillo de amor,
Su amor, me encontró, siento su lenguaje de amor,
La pasión, el perdón, encuentro que se trata de Dios,
Veo que se trata de Dios, siento su lenguaje de amor