La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Lo he mirado a los ojos y he mirado con dolor
Que aunque yo le he fallado él me mira con amor
Yo no entiendo muchas veces el porqué de mi error
Solo sé que fielmente escucharé su voz
Su voz de pasión, su voz de amor
Esa voz que es más que una loca emoción
Voz que enamora, voz de un corazón
Voz que cuando escucho sana mi dolor
Su dulce voz, su dulce voz
Su dulce voz, su dulce voz
Escúchalo en una ave entonando su canción
Escúchalo en el llanto de aquel bello bebe
Escúchalo en la alegría, escúchalo en la oración
Escúchalo en el silencio de su fiel perdón
Su voz de pasión, su voz de amor
Esa voz que es más que una loca emoción
Voz que enamora, voz de un corazón
Voz que cuando escucho sana mi dolor
Su dulce voz, su dulce voz
Su dulce voz, su dulce voz
Lo he mirado a los ojos y he mirado con dolor
Que aunque yo le he fallado él me mira con amor
Yo no entiendo muchas veces el porqué de mi error
Solo sé que fielmente escucharé su voz
Su voz de pasión, su voz de amor
Esa voz que es más que una loca emoción
Voz que enamora, voz de un corazón
Voz que cuando escucho sana mi dolor
Su dulce voz, su dulce voz
Su dulce voz, su dulce voz
Su dulce voz, su dulce voz
Su dulce voz, su dulce voz