La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Antes de pedirte
Y hablar de mil cosas Y de mil líos
Antes de contarte
Y llenar de problemas tus oídos
Voy a callar de nuevo mi corazón
Y que ante ti quede mudo
Voy a cambiar el modo de mi oración
Y callaré lo que dudo
Quiero escucharte, escucharte
En el silencio puedo escuchar tu voz
A veces lloro y me rio
Quiero hablarte y decir tantas cosas
Pero en silencio es mejor
En el silencio puedo escuchar tu voz
Sentir tu amor como río
Quiero hablarte y decir tantas cosas
Pero en silencio es mejor
Voy a callar a mi preocupación
No dejaré lugar para la duda
Voy a enseñarle bien al corazón
Que si se calla, podrá escuchar tu ayuda
No quiero hablar de mi necesidad
Mejor prefiero levantar mis manos
Y confiar en tu autoridad
Pues tus promesas nunca son en vano
Voy a callar el ruido del afán
Voy a esperar que me hables donde estoy
Voy a escuchar primero desde hoy
Voy a callar de nuevo mi corazón
Y que ante ti quede mudo
Voy a cambiar el modo de mi oración
Y callare lo que dudo
Quiero escucharte, escucharte
En el silencio puedo escuchar tu voz
A veces lloro y me rio
Quiero hablarte y decir tantas cosas
Pero en silencio es mejor
En el silencio puedo escuchar tu voz
Sentir tu amor como un río
Quiero hablarte y decir tantas cosas
Pero en silencio es mejor