La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Me meo, y estoy en la cola del banco
Me meo, y estoy en la misa en la iglesia
Me meo, y estoy en la comisaría
Que feo, en la botella yo no quiero
Me meo, y estoy en la cola del banco
Me meo, y estoy en la misa en la iglesia
Me meo, y estoy en la comisaría
Que feo, en la botella yo no quiero
Me meo, y estoy en la cola del banco
Me meo, y estoy en la misa en la iglesia
Me meo, y estoy en la comisaría
Que feo, en la botella yo no quiero
Me meo, y estoy en la cola del banco
Me meo, y estoy en la misa en la iglesia
Me meo, y estoy en la comisaría
Aliento de perro meó un policía
Aliento, oh oh oh oh oh
De perro, oh oh oh oh oh
Tocando, oh oh oh oh oh
Borracho
Aliento, oh oh oh oh oh
De perro, oh oh oh oh oh
Tocando, oh oh oh oh oh
Borracho
Parabara pa pa pa, parabara pa pa pa
Parabara pa pa pa
(no no no)
Me meo (oh oh no no no)
Me meo (oh oh no no no)
Me meo (oh oh no no no)
Que feo, en la botella yo no quiero