La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Está empezando el velorio
Que le hacemos a Babalú
Dame diecisiete velas
Pa pornelas en cruz
Dame un cabo de tabaco, mañiengue
Y un jarrrito de aguardiente
Dame um poco de dinero, mañiengue
Pa que me de la surte
Yo le quero pedir
Que me nego me quiera
Ai, negro
Que le tenga dinero
Y que no se muera
Yo le quero pedir, a Babalú
Un negrito muy santo
Como tu
Que no tenga otra nega
Y que no se muera