La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Vi al árbol de Fresno
Y en sus hojas me cubrió
Que decía te cuento
Lo que te falta es interior
Cuando llegue el sol y respires
Tus hojas las llevaré
Cuando el otoño este
En invierno te hablaré
En primavera yo estaré
Y se irá todo el mal lo dijiste
Cuando el día ya llegue
Estaré listo y verde
Tu raíz la hallare
Y para siempre viviré
Eso me dijiste y eras vos
Es el cuento del árbol llevaré
Es el cuento del árbol que tendré
Es el cuento del árbol llevaré
Es el cuento del árbol que tendré