La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Despertar de los sueños
Para levantarse Nunca se escogió esta disciplina rápidamente se convirtió en obligación se destrozaron tantas ilusiones
Los anhelos se convirtieron en utopías
El trabajo asesino toda una infancia
Crecer temprano para ver el mundo frente a frente darse cuenta de las mentiras de este planeta y convivir con la infamia
Por el echo de los padres se equivocaron una vez
Ya no hay vuelta atrás
Solo contra el mundo abandonar sus intereses por obligaciones que cumplir
Una sociedad enferma es la culpable
De envolver una alma inocente
Y trastornarla con ambición miedos y traición
Todo se dio crecer muy rápido el trabajo rompió una infancia se desvanecieron tantos sueños se quebró una ilusión.