La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Pensamos que todo en la vida son ciclos
Pero nada es mera repetición
Las cosas del pasado no siguen
En círculos de vuelta al mismo lugar
Pero si siguen en espiral
Cada final es un principio
Cada final es un principio
Una nueva dimensión
Ya entre en un nuevo espiral
Mucho cariño y atención
Y la responsable eres tu
Sol, que bonito nombre, el calor
Una nueva dimensión
Alegría es estar a tu lado
Me siento leve como una flor
Me haces reír por cualquier cosa
Y nada me importa a no ser tu amor
Ahora se que soy feliz