La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Yo quiero ser
Ser como un lirio
Que no se preocupa
Por qué vestirá
Yo quiero ser
Ser como un ave
Que no se afana
Por qué comerá
Yo quiero estar
Cerca muy cerca
Entre tus brazos
Cerca de ti
Yo quiero estar
Cerca muy cerca
Bajo tus alas
Cerca de ti
Yo quiero ser
Ser como un ave
Que no se afana
Por qué comerá
Yo quiero estar
Cerca muy cerca
Entre tus brazos
Cerca de ti
Yo quiero estar
Cerca muy cerca
Bajo tus alas
Cerca de ti