La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Frente al altar
Yo tomo tu mano
No mentiré
Que no me afanado
Esperando por ti
Hay muchos testigos
Del amor que profeso
Hay fiesta en mi alma
Esta vestida de blanco
Un anillo en tu mano
Decide el destino
Un diamante cortado
Y un poco apagado
Al ver la belleza pureza
Y la gracia y la luz
Puedo decir
Que te amo
Proveerá
Para el invierno
El llenara
Nuestro granero
Y sobre su mano
Dormiremos los dos
Y mientras soñamos
El cuidara
Y mientras soñamos
El cuidara
Nuestro camino
Un anillo en tu mano
Decide el destino
Un diamante cortado
Y un poco apagado
Al ver la belleza pureza
La gracia y la luz
Puedo decir
Que te amo