La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Desde un puerto salen barcos,
Decorados porque hay fiesta.
En cada barco hay dos personas,
Grandes sueños ilusiones
Hasta que la muerte nos separe,
Prometimos desde el muelle.
Y con anillos en las manos,
Navegamos, navegamos
En este mar que es la vida
Y vemos barcos salir, y vemos otros hundirse.
Y con amigos que han zarpado sin su capitán.
Y vemos otros estancados en lagunas de agua muerta,
Otros llevados por el viento, atormentados
Por los truenos
En este mar que es la vida
Desde un puerto salen barcos,
Decorados porque hay fiesta.
En cada barco hay dos personas,
Grandes sueños ilusiones
Y este muelle esperan dos por ver partir
Su propia nave y cuando el tiempo diga si
Te seguiremos señor
Que nos guies... que nos guies,
Que seas nuestro capitán