La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Quiero que tu fuego fluya
Tú eres mi bendición
Tu lámpara en mí ta' encendida
Tengo mucho aceite
Y se regó la unción
Mi alma vestida está
Con ropa cara de lino fino
(No desperdicio mi tiempo
Pa' tu altar yo voy
Ahí voy de camino)
Pongo leña sobre el altar
Alabando voy a amanecer
Sacrificio vivo, santo y perfecto
Es lo que voy a ofrecer
Arde tu fuego en mi ser
Que te anhela y te busca sedientamente
Nadie lo podrá apagar
Si yo vivo encendido contínuamente
Espérame Espíritu Santo
Preparando tu altar yo estoy
Porque ahora no vivo
Cristo vive en mí
Y de papá yo soy
Todo lo que tengo es tuyo
Haz tú lo que quieras hacer
Toma ahora mis manos
Y guía mis pasos
Veré tu gloria y tu poder
Nada impedirá
Que yo esté en tu altar
Si estoy encendido
¿Quién me apagará?
Quiero que tu fuego fluya
Tú eres mi bendición
Tu lámpara en mí ta' encendida
Tengo mucho aceite
Y se regó la unción
Mi alma vestida está
Con ropa cara de lino fino
(No desperdicio mi tiempo
Pa' tu altar yo voy
Ahí voy de camino)
Pongo leña sobre el altar
Alabando voy a amanecer
Sacrificio vivo, santo y perfecto
Es lo que voy a ofrecer
¡Biblia En Rimas!
Arde tu fuego en mi ser
Que te anhela y te busca sedientamente
Nadie lo podrá apagar
Si yo vivo encendido contínuamente
Nada impedirá
Que yo esté en tu altar
Si estoy encendido
¿Quién me apagará?