La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Alzaré mis ojos a los montes
De dónde vendrá mi socorro
Mi zocorro viene del señor que hizo los cielos
Mi zocorro viene del señor que hizo la tierra
No dará tu pie al resbaladero
Ni se dormirá el que te guarda
He aquí, no se adormecerá
Ni dormirá
El que guarda a Israel
El señor es tu guardador
Es tu sombra a tu mano derecha
El Sol no te fatigará de día
Ni la Luna de noche
Te guardará de todo mal
El guardará tu alma
Jhwh guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora y para siempre