La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
No Me Dejes Ir Catedral de Humo
Tantas lunas muertas
Sin poderte hablar
Hoy a mi llegada
Todo encuentro igual
Telarañas sin quitar
De tu corazón
Sin embargo, los días
Pasan por los dos
Me dejaste ir
La culpa no es de mi
Noches sin dormir
No me dejes ir
No me dejes ir
Esto es increíble
Todo nos da igual
Pero, sin embargo
Cambias de canal
Me dejaste ir
La culpa no es de mi
Noches sin dormir
No me dejes ir no me dejes ir
Voy a salir
Voy a esperar
Voy a morir
No me dejes ir