La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Eterno Redentor Coros Unidos
Jesús, Él es mi Salvador, su vida dio en la cruz por mí
No importandole el dolor, Él con su sangre me compró
De pies y manos clavado
Él crucificado fue y una lanza su costado traspasó
Y en el calvario Jesucristo se inmoló por amor a mí
Grande precio que pagó mis pecados y culpas lavó
Pero al tercer día con poder se levantó venciendo a la muerte
Sacrificio perfecto que hizo Jesús por mí
Gloria al Salvador, redimido soy por su inmenso amor salvo y libre soy
Postrados hoy venimos ante ti Santo eres Tú
Tomaste mi lugar cargando esa cruz por mí
Tu gracia me salvó, hoy puedo cantar y adorarte a Ti
Redimidos por Jesús Él Salvador
Y en el calvario Jesucristo se inmoló por amor a mí
Grande precio que pagó mis pecados y culpas lavó
Pero al tercer día con poder se levantó venciendo a la muerte
Sacrificio perfecto que hizo Jesús por mí
Te doy gracias, Señor, por tu amor por mí
A cada instante, Señor, te alabaré
Santo Santo Santo eres Tú
Santo eres Tú
Que diste tu vida en la cruz
Allá en la cruz
Santo Santo Santo es Jesús
Te adoramos Dios por la eterni-dad
Y en el calvario Jesucristo se inmoló por amor a mí
Grande precio que pagó, mis pecados y culpas la-vó
Pero al tercer día con poder se levantó venciendo a la muerte
Sacrificio perfecto que hizo Jesús por mí
Él murió por mí
Sí Jesús murió por mí
Él murió por mí
Sí Jesús murió por mí
Amén