La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Por mi comida, por mi comida, por mi comida me hago mata
De aquí a la tarde, de aquí a la tarde, de aquí a la tarde voy a pelea
Viva Cértegui, Istmina y Tadó (que viva el hombre que ya como)
Que viva Cértegui, Istmina y Tadó (que viva el hombre que ya como)
Que viva Cértegui, Istmina y Tadó (que viva el hombre que ya como)
Que viva Cértegui, Istmina y Tadó (que viva el hombre que ya como)
Por mi comida, por mi comida, por mi comida me hago mata
De aquí a la tarde, de aquí a la tarde, de aquí a la tarde voy a pelea
Que viva Cértegui, Istmina y Tadó que viva el hombre que ya como
Ese indiecito se fue pa fuera, ahora viene la pelotera
Ahora viene la pelotera, Ese indiecito se fue pa fuera