La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Yo me goze con los que me decían, ala casa de Jehová iremos
Una ciudad que sea edificado para alabar el nombre de Jehová
Nuestros pies fueron dentro
Por sus brazos Jerusalén
Alegrate con los que dicen, ala casa de Jehová iré
Y gozate y gozate y gozate con los que dicen
Yo me goze con los que me decían, ala casa de Jehová iremos
Una ciudad que sea edificado para alabar el nombre de Jehová
Nuestros pies fueron dentro
Por sus brazos Jerusalén
Alegrate con los que dicen, ala casa de Jehová iré
Y gozate y gozate y gozate con los que dicen
Y gozate y gozate y gozate con los que dicen
Y gozate y gozate y gozate con los que dicen
Y gozate y gozate y gozate con los que dicen