La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Has tomado lo hermoso
de lo que no vale la pena
Y nos has dado belleza por ceniza
amor por oido
Has escogido al debil del mundo
Para avergonzar al fuerte
Y al necio para avergonzar al sabio
Eres ayuda para el desvalido
Fortaleza para el extranjero
Y un padre para el nino abandonado
Y al sediento has invitado
Que venga a las aguas
Y quien no tiene dinero
que venga y compre
Asi que ven, Asi que ven
Asi que ven, Asi que ven
Los dias que el Senor nos
prometio ya vienen
Cuando el arador alcance al
segador
Volvera el corazon del padre al
hijo
El renuevo de Dios que hemos
clamando vendra
Estremeceras los cielos y llenaras
tu casa de gloria
Cambiaras la verguenza del
desechado en alabanza
Toda la creacion gime y espera
Que el Espiritu y la Esposa digan
deseaba oir