La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Es el hombre que sangro por mi
Sin derramar llanto
Sufrio como un hombre culpable
Su inocencia fue su crimen
Mientros otros gritaban baja y salvalte
El salvaba mi vida
Recuerda yo recordare
Lo que hizo por mi
Recuerda yo recordare
Como murio por mi
El amanecer del Domingo llego
La piedra habia sido removida
Y con gran temor entraron
Dentro de la tumba
No sabian donde habia ido
No entendian
Que la muerte del cordero traia
Perdon y sanidad
Porque lo buscan aqui entre los muertos
El resucito
Se que tu vives dentro de mi
Y cada dia me infundes paz a mi
Tu sacrificio me ha hecho libre
Por siempre