La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Has venido hasta mis brazos
Para insinuarme que nada está bien
Has venido a recordarme
Que soy un fracaso y todo hago al revés
Has venido a pisotear
Mis ganas de crecer
Mis ganas de creer en mí
Todo marcha a tus pies
Y yo ya me cansé
Hoy yo me voy aquí
Voy a escapar de este lugar
Y respirar el aire que me falta
Y lloverá, y el Sol saldrá
Y una vez más volveré a abrir mis alas
Y estaré muy bien
Y estaré muy bien
Todo el mundo se detiene
A observar el caso y yo quiero correr
Todo el mundo de tu lado
Les has hecho creer
Que soy el peor humano
Que no hay algo más malo
Que mi forma de ser
Has venido a pisotear
Mis ganas de crecer
Mis ganas de creer en mí
Todo marcha a tus pies
Y yo ya me cansé
Hoy yo me voy aquí
Voy a escapar de este lugar
Y respirar el aire que me falta
Y lloverá, y el Sol saldrá
Y una vez más volveré a abrir mis alas
Y estaré muy bien
Y estaré muy bien
Uh, uh
Voy a escapar de este lugar
Y respirar el aire que me falta
Y lloverá, y el Sol saldrá
Y una vez más volveré a abrir mis alas
Y estaré muy bien
Y estaré muy bien