La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Fue una tarde de enero cuando
Por primera vez te vi
Capturé ese momento
Y lo guardé para mí
Y tus ojos cafés brillaron
Y los míos también
Nuestras risas nos atraparon
Y todo marchó tan bien
Algo de ti me enamoraba
Y aunque lo traté de ocultar
Yo fingí no sentir nada
Y el universo puso todo en su lugar
Y nos reconocimos
Como el caer de esta tarde
Que reconoce al anochecer
Como el poder de tu ser
Y nos reconocimos
Lo sabes, lo sé y lo supimos
Lo sabes, lo sé y lo entendimos
Que somos de este lugar
Descubrimos
Fue ese gran magnetismo
Lo que nos trajo hasta aquí
Y nos reconocimos
La luna fue testigo
Bajó el cielo y las estrellas del beso que nos dimos
Y el universo puso todo en su lugar
Y nos reconocimos
Como el caer de esta tarde
Que reconoce al anochecer
Como el poder de tu ser
Y nos reconocimos
Lo sabes, lo sé y lo supimos
Lo sabes, lo sé y lo entendimos
Que somos de este lugar
Descubrimos
Descubrimos