La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Quién ha medido en su mano los mares?
¿Quién ha podido formar las estrellas?
¿Quién ha logrado crear de la nada
Lo que existe y aún con su mano
Lo sostiene y por su inmensa gracia no lo deja caer?
Tú, quien da forma a los montes y guías al viento
Iluminas al hombre y su pensamiento
Revelas tus planes y tus secretos
Transformas la oscuridad con tu luz
Eres tú, Dios eterno, el que fue, es y siempre será
Eres tú, Dios eterno, el que fue, es y siempre será
Se, que has estado en mis dificultades
Si, sosteniéndome con tu justicia
Se, que en las pruebas me das nuevas fuerzas
Tú eres mi escudo y mi fortaleza
Me sostienes con tu inmensa gracia
No me dejas caer
Tú, quien da forma a los montes y guías al viento
Iluminas al hombre y su pensamiento
Revelas tus planes y tus secretos
Transformas la oscuridad con tu luz
Eres tú, Dios eterno, el que fue, es y siempre será
Eres tú, Dios eterno, el que fue, es y siempre será
Esperanza y nuevas fuerzas
Fortaleza encontrarán los que confían en Ti
Las naciones de la tierra
Toda lengua confesará, declarará tu poder
Tú, quien da forma a los montes y guías al viento
Iluminas al hombre y su pensamiento
Revelas tus planes y tus secretos
Transformas la oscuridad con tu luz
Eres tú, Dios eterno, el que fue, es y siempre será
Eres tú, Dios eterno, el que fue, es y siempre será