La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Las horas vienen para destruir
Para consumir lo que se plantó
Tantos problemas solo aumentan la agonía
En un corazón castigado por el dolor
La aflicción del corazón
Te quiere hacer parar, hacerte volver atrás
Aun en tu dolor no dejes de luchar
Pasando la prueba no pares de adorar
En tribulación, no dejes de luchar
Peleando la guerra no pares de adorar
Descansa y espera que en el cielo tu victoria vendrá
Sin temor
Descansa y espera que en el cielo tu victoria vendrá
Sin temor
Descansa y espera que en el cielo tu victoria vendrá
Solo tienes que confiar tu victoria vendrá
Sigue firme hasta el final, tú no tienes que temer
Tantos problemas solo aumentan la agonía
De un corazón castigado por el dolor
La aflicción del corazón
Te quiere hacer parar hacerte volver atrás
Aun en tu dolor no dejes de luchar
Pasando la prueba no pares de adorar
En tribulación, no dejes de luchar
Peleando la guerra no pares de adorar
Descansa y espera que en el cielo tu victoria vendrá
Sin temor
Descansa y espera que en el cielo tu victoria vendrá
Sin temor
Descansa y espera que en el cielo tu victoria vendrá