La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Yo tuve un sueño feliz
quise hacerlo una canción
y mi guitarra cogí...
puse todo el corazón
concentré, pensando en ti
volaron las palomas del milagro
y escucha dulce bien lo que escribí.
Era en una playa de mi tierra tan querida la orilla del mar
y era que allí estaba celebrándose una gira
debajo de un palmar
era que estabas preciosa
con el color de rosa
de tu traje sencillo y sin igual
era que eras novia mía
y que yo te sentía,
nerviosa entre mis brazos suspirar.
Era que todo fue un sueño
pero logré mi empeño
porque te pude besar!
Sueño Felíz el sueño aquel
Bajo un palmar