La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Que puedo hacer con mi obsesión
Y con lo que no puedo ver
Acaso es que estoy loco
en verdad te siento en mí
Aveces siento no alcanzarte
Aveces te siento en mi
Y aun en el frío del invierno
Tu amor me puede derretir
Arde mi corazón por Ti
Arde en mi Dios
Como una enfermedad
Mi pecado me hace sentir
Se que testarudo soy
Pero Señor
Sin Ti no puedo vivir
Me siento solo en confusión
Desesperado sin visión
Y Tu me cubres como lo hace el sol
Libre vuelo en Tu amor
Arde mi corazón por Ti [x3]
Arde en mi Dios
Arde mi corazón