La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
En los cuatro rincones de esta tierra
Se puede oír a alguien llorar
Son lágrimas de esperanza
Por un futuro que aún va a llegar
Promesas de un avivamiento
Que el mundo entero va a tocar
Recibimos la herencia
Lo que Dios habló se cumplirá
Brasil, en tu suelo hay un pueblo
Brasil, una gente que te ama
Que clama a Dios y cree en las promesas
Élvendrá restaurando nuestra tierra.
Si mi pueblo que se llama por mi nombre
Humillarse y orar, si mi rostro buscar
Si mi pueblo que se llama por mi nombre
De sus caminos malos convirtieren
Yo oiré, perdonaré, su tierra sanaré.