La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
¿Quién lo diría?
Que yo
Danzaría en tu casa, Señor
¿Quién lo diría?
Que yo
Abrazaría tu gloria, Señor
Voy a perder la compostura delante de ti
Voy a cantar
Voy a danzar
Voy a reir
Yo lo hago solo para ti
Voy a perder la compostura delante de ti
Que me importa que me digan "aleluya"
Yo lo hago solo para ti
Que me importa que critiquen
Que no entiendan
Que me digan que estoy loco (loco)
Si yo lo hago solo para ti