La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
La creación oyó
La voz de su creador
Del polvo vida Él sopló
Y al mundo forma dio
Toda la oscuridad
Se fue al oír Su voz
La noche pronto se terminará
Tu luz la vencerá
Solo tu voz
Tiene toda la autoridad
Solo mi Dios
Tiene toda la autoridad
Mi lucha tuya es
Conoces el final
Te adoro porque todo alrededor
Se rinde ante tu voz
El cielo triunfará
Cadenas caerán
Demonios huirán
Ante Su majestad
Si Dios es por nosotros
¿Porque voy a temer?
Nada podra negarle
Su gloria y su poder
El cielo triunfará
Cadenas caerán
Demonios huirán
Ante Su majestad
Si Dios es por nosotros
No hay nada que temer
Nada podrá negarle
Su gloria y su poder