La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Cielo y tierra, tú creaste oh Dios
Aliento diste, la vida comenzó
Mi esperanza, quita mi temor
Por la fe los montes se mueven hoy
Tu gloria Señor, fluye hoy aquí más y más
No vas a parar, lo imposible en ti hecho está
Mis cadenas, su poder rompió
Libre soy, Jesús es el Vencedor
Las tinieblas, derrotaste oh Dios
En tres días Cristo resucitó
Tu gloria Señor, fluye hoy aquí más y más
No vas a parar, lo imposible en ti hecho está
Tu gloria Señor, fluye hoy aquí más y más
No vas a parar, lo imposible en ti hecho está
Todo es posible en Tu verdad
Tu reino no se detendrá
Tu pueblo hoy proclamará
Al Dios que no se detendrá
Todo es posible en Tu verdad
Tu reino no se detendrá
Tu pueblo hoy proclamará
Al Dios que no se detendrá
Todo es posible en Tu verdad
Tu reino no se detendrá
Tu pueblo hoy proclamará
Al Dios que no se detendrá
Todo es posible en Tu verdad
Tu reino no se detendrá
Tu pueblo hoy proclamará
Al Dios que no se detendrá
Tu gloria Señor, fluye hoy aquí más y más
No vas a parar, lo imposible en ti hecho está
Tu gloria Señor, fluye hoy aquí más y más
No vas a parar, lo imposible en ti hecho está