La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Vete no quiero que vuelvas no quiero mirarte
Vtengo miedo de perderte si te vuelvo a ver
La huella de tu amor martirizante
Un sigue palpitante en mi querer
Vete se buena conmigo comprende mi pena
Bien sabes que es mi condena vivir sin tu amor
Llegas muy tarde a buscarme mi vida esta muerta
Tu la mataste al dejarme
Vete porfavor
Vete se buena conmigo comprende mi pena
Bien sabes que es mi condena vivir sin tu amor
Llegas muy tarde a buscarme mi vida esta muerta
Tu la mataste al dejarme
Vete por favor