La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Aunque yo este, en el valle,
De la muerte y dolor,
Tu amor me quita todo temor,
Y si llego a estar, en el centro,
De la tempestad,
No dudare porque estas aquí,
Y no temeré del mal, pues mi dios conmigo esta,
Y si dios conmigo esta,
¿de quien temeré?,
¿de quien temeré?.
No, no, no, me soltaras,
En la calma o en la tormenta,
No, no, no,me soltaras,
En lo alto o en lo bajo,
No, no, no, me soltaras dios tu nunca me dejaras.
Puedo ver la luz,
Que se acerca, al que busca de ti,
Gloriosa luz cual otra no hay;
Y terminaran los problemas,
Y mientras llega el fin,
Viviremos conociéndote a ti,
Y no temeré del mal,
Pues mi dios conmigo esta,
Y si dios conmigo esta,
¿de quien temeré?, ¿de quien temeré?
//no, no, no, me soltaras
En la calma o en la tormenta,
No, no, no, me soltaras,
En lo alto o en lo bajo,
No, no, no, me soltaras dios tu nunca me dejaras//.
Y puedo ver la luz,
Que se acerca, al que busca de ti,
Y terminaran los problemas,
Y mientras llega el fin,
Voy a alabarte, voy a alabarte,
Solo a ti.
Y puedo ver la luz,
Que se acerca, al que busca de ti,
Y terminaran los problemas,
Y mientras llega el fin,
Voy a alabarte, voy a alabarte.
//no, no, no, me soltaras,
En la calma o en la tormenta,
No, no, no, me soltaras,
En lo alto ni en lo bajo,
No, no, no, me soltaras,
Dios tu nunca me dejaras//.
Me lo has demostrado tantas veces…
No, no, no, me soltaras //dios tu nunca me dejaras//.