La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Quiero tocar las estrellas
Brincar por los mares cambiarme de piel,
Quiero vagar por el tiempo tocar a tu puerta
Lavarte los pies,
Quiero mirar tu corona besar tus heridas
Pedirte perdón,
Quiero pasear por las olas contigo en
Mi balsa con rumbo hacia el sol,
Quiero ser brocha en tus manos pintando la raya del amanecer
Y otra vez estar contigo…
Coro.-
Quiero comenzar de nuevo
Quiero más andar enganchado de tu mano y volar
Quiero comenzar de nuevo quiero más
Olvidar de todo y entregarme otra vez a tu verdad
Quiero caminar contigo una vez más…
Quiero dormir a tu sombra quedarme a tu lado ser lleno de ti
Quiero cantarte alabanzas vivir entregando mis sueños a ti
Quiero ser brocha en tus manos pintando la raya del amanecer
Y otra vez estar contigo…