La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Yo Te Quiero Emmanuel y Linda
Luz de mi ser, santo querer
Escucha mi oración
Ten compasión, tengo sed.
Mi sanador, mi proveedor
A ti quiero llegar
Quiero alcanzar tu dulce paz.
Yo te quiero, tú nunca me has dejado
A mil hemos caminado
Mi amor y corazón te doy
Te adoro, prefiero estar a tu lado
Seguro estoy en tus brazos
Mi amor, mi corazón te doy,
Yo te quiero.
Mi fiel amor, mi rey y dios
Eres mi redentor, mi protector, salvador
Yo te quiero, tú nunca me has dejado
A mil hemos caminado
Mi amor y corazón te doy
Te adoro, prefiero estar a tu lado
Seguro estoy en tus brazos
Mi amor, mi corazón te doy
Por ti cruzaría los mares, lo valles,
No temeré conmigo estarías
Yo se que algún día te veré
Y cantare aleluya/