La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Piedra viva y sustento
Roca de mi corazón
En ti encuentro mi porción
En verano o en invierno
Mi refugio eres eterno
Con tu abrazo protector
Caerá las lluvias
Soplarán los vientos
Más no me moverán
Pues confiado, firme en ti estoy
Aunque se derrumbe el mundo
Tú permanecerás
En diluvio y en desierto
Mi roca tú serás
Piedra viva y sustento
Roca de mi corazón
En ti encuentro mi porción
En verano o en invierno
Mi refugio eres eterno
Con tu abrazo protector
Caerá las lluvias
Soplarán los vientos
Más no me moverán
Pues confiado, firme en ti estoy
Aunque se derrumbe el mundo
Tú permanecerás
En diluvio y en desierto
Mi roca tú serás
Cristo
En ti confiado estoy
Aunque se derrumbe el mundo
Tú permanecerás
En diluvio y en desierto
Mi roca tú serás