La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Niñas hay, niñas hay
Hoy por donde quiera que vaya
Niñas hay, niñas hay
Noche y día veo esas larvas ¡fuera de aquí!
No debería ser mi vida
Quiero avión
Quiero un set
Un TV
Pero hoy me persiguen mocosas
Moñitos hay, ropita hay
¡Por favor mátenme! Hablo en serio ¡mátenme!
¡No les canto les pido!
Entre las ratas ahora estoy, perdida olvidada ¿quién soy?
Solo con sombras y no sé cómo era el viejo yo
Sáquenme por favor de aquí (oh, sáquenla ya)
Porque el estrellato me espera a mi
No más niñitas ver, yo quiero la fama, otra vez
Niñas hay, niñas hay
Hoy por donde quiera que vaya
Niñas hay, niñas hay
Noche y día veo esas larvas ¡fuera de aquí!
Entre las ratas ahora estoy, perdida olvidada ¿quién soy?
Solo con sombras y no sé cómo era el viejo yo
Sáquenme por favor de aquí (oh, sáquenla ya)
Porque el estrellato me espera a mi
No más niñitas ver, yo quiero la fama, otra vez
Niñas hay, niñas hay