La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
En el silencio
Tu voz me habla
Y me recuerda
De que me has hecho ser tu hijo amado mí Dios
Mis ídolos tu
Los quebrantaste
Y reemplazaste
Tu trono en mí corazón
Tu lugar santisimo.
CORO
Tu amor es fuego
Que arde en mí corazón
Consume todo
Me llenas con tu gran amor
Mi deseo
Cristo mí luz y salvación sin ti nada soy.
II
Escucho tu ritmo
Llama mí alma
A ver tu gloria
Y amar el rey de majestad
Por siempre tu reinaras
Tu reinaras.
CORO
Tu amor es fuego
Que arde en mí corazón
Consume todo
Me llenas con tu gran amor
Mi deseo
Cristo mí luz y salvación sin ti nada soy.
III
Y a tu cruz Dios me rindo
/////Todo mi ser y mí corazón, a tu cruz Dios me rindo.\\
Todo mí ser y mí corazón...
CORO
Tu amor es fuego
Que arde en mí corazón
Consume todo
Me llenas con tu gran amor
Mi deseo
Cristo mí luz y salvación sin ti nada soy.
(Gracias a Jozue Gimenez por esta letra)