La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Ya lo entendí
Tal vez no fui yo quien te hacía feliz
Pero quizás nunca lo comprendí
Pues no eras para mí
Recuérdalo bien
Sabíamos que esto nunca iba a funcionar
Desde hace tiempo no mirabas igual
Nuestra luz se fue perdiendo amor
Te vi partir
Y yo sé que fue un adiós
Y que nunca volverás
No volverás
¿Cómo te olvido?
Si en tus labios quedé perdido
Aprendiz de tu engaño yo he sido
A mentir lo aprendí contigo
¿Cómo te olvido?
Si en mis sueños solo a ti te miro
Náufrago de tus ojos yo he sido
Desearía Nunca haberte conocido
Recuérdalo bien
Sabíamos que esto nunca iba a funcionar
Desde hace tiempo no mirabas igual
Nuestra luz se fue perdiendo amor
Te vi partir
Y yo sé que fue un adiós
Y que nunca volverás
No volverás
¿Cómo te olvido?
Si en tus labios quedé perdido
Aprendiz de tu engaño yo he sido
A mentir lo aprendí contigo
¿Cómo te olvido?
Si en mis sueños solo a ti te miro
Náufrago de tus ojos yo he sido
Desearía Nunca haberte conocido
¿Cómo te olvido?
Si en tus labios quedé perdido
Aprendiz de tu engaño yo he sido
A mentir lo aprendí contigo
¿Cómo te olvido?
Si en mis sueños solo a ti te miro
Náufrago de tus ojos yo he sido
Desearía... Nunca haberte conocido