La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Agua que cae de tus ojos
em
maestros del imsomnio
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y de las tristes vías
em
agua que inunda tu boca
am
hablaste mal de recuerdos
D G
de las noches mías.
Agua que planchar tu pelo
el mejor encordado
que toqué con mis manos
agua que inunda mi espejo
llenando de borrones
mi cara llorando.
Agua roja que me brota
de las venas rotas
sangre que me falta.
Agua que se vuelve blanca
agua que te desnuda
todas las mañanas.
Agua que bebe un arroyo
temprano de pájaros
y lavanderas
agua de las escupidas
agua de los sudores
y de las letrinas.
Agua que saca de quicio
la valiente paciencia
de todos mis hermanos
Agua que planchar tu pelo
el mejor encordado
que tocó mi mano