La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Arrodillado, hoy estoy aqui,
Para decirte cuanto pienso en ti,
Y no quiero, separarme de tu lado.
Coro:
Porque tu eres mi señor,
El gozo que llena mi corazon,
Y a tu lado quiero estar,
Y un dia ver esa dulce realidad,
Tu y yo juntos por la eternidad.
Aunque me vaya, muy lejos de aqui,
No tengo miedo, te siento junto a mi,
Y no quiero separarme de tu lado.
Coro:
(2)
Porque tu eres mi señor,
El gozo que llena mi corazon,
Y a tu lado quiero estar,
Y un dia ver esa dulce realidad,
Tu y yo juntos por la eternidad.
Tu y yo juntos por la eternidad.