La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
La Casita de La Selva Vivir Quintana
Yo tenía una casita en medio de la selva
Un león domesticado resguardaba mi temor
Se dormía en mis pies
Despertaba con el hambre de las seis
Deshojó mi corazón en un invierno
Yo tenía un tripulante y me habitaba el lado izquierdo
Una flor desconsolada remendaba mi valor
Se vestía con el Sol
Con la Luna ya no quiere relación
Hay amores que terminan con un beso
Y desperté y no había nada
Ni casa ni ventana ni la vida para dar
Y desperté y no me dijo nada
Dejó que confundiera la tristeza con mi hogar
Yo tenía una casita con tu fiesta de cumpleaños
Una espina en carne viva floreció con mi dolor
El futuro se rompió
Sobreviven los más fuertes al temblor
Hay dolores que deshierven con los años
Y desperté y no había nada
Ni casa ni ventana ni la vida para dar
Y desperté y no me dijo nada
Dejó que confundiera la tristeza con mi hogar
Hay amores que se van y nunca vuelven
Hay amores que se van para volverse a ver
Y hay amores como el nuestro, que tal vez
Y hay amores como el nuestro, que
El futuro se rompió
Sobreviven los más fuertes al temblor
Hay dolores que deshierven con los años