La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Hoy te vengo a dar las gracias
Mi señor, por tus bendiciones
En especial por esa persona que me has dado
A quien llamaré esposa
Ella es mi amiga, mi compañera
Con quien compartiré buenos y malos momentos
El vaso frágil, mi amada esposa
La amaré todos los días de mi vida
Amada mía (amado mío)
Mi fiel esposa (mi fiel esposo)
Te amare todos los días de mi vida
Gracias te digo (gracias te digo)
Señor divino (señor divino)
Por colmarme de todas tus bendiciones (tus bendiciones)
Solo te pido (solo te pido)
Señor bendito (señor bendito)
Que cultives este amor tan bonito
Que no se aparte (que no me aparte)
De tus caminos (de tus caminos)
Por el cual estamos hoy unidos (unidos)
Bendícenos señor