La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Voy sentado en la micro
Pensando una inmensidad
Una profundidad de luces
Me queman la cara
Los edificios nos cubren
De una realidad brutal
No eh dejado de ser joven
Perdido en tus labios
Llegare a tu casa
Dormir en tu cama
Podría ser
De lo mejor
Baila tu ritmo que
No pido más
Que la noche no
Acabe jamás
El mareo de la sala
Ahogará la pena
No te acerques mañana
Que te digo hasta luego
Si te sientes un poco mal
báilalo hasta abajo
Sin pausa el ritmo
No perdona ni calla
Llegare a tu casa
Dormir en tu cama
Podría ser
De lo mejor
Baila tu ritmo que
No pido más
Que la noche no
Acabe jamás